"El acto de cuidar es un acto de amor y de respeto por la dignidad humana." – Florence Nightingale
El cuidado debe ser siempre un acto de profundo respeto por la humanidad de cada individuo, especialmente en sus momentos más vulnerables.

Cuidar de adultos mayores en estado de dependencia avanzada es una tarea que requiere sensibilidad, conocimiento y, sobre todo, empatía. En estas etapas, las prioridades deben centrarse en el bienestar físico y emocional de la persona mayor, incluso cuando ello implique tomar decisiones difíciles respecto a rutinas o actividades que previamente formaban parte de su vida diaria.

Comprender el estado de dependencia avanzada

El estado de dependencia avanzada se caracteriza por la pérdida significativa de autonomía. Las personas en esta condición necesitan asistencia constante para actividades básicas como alimentarse, movilizarse o realizar su higiene personal. En muchos casos, su salud puede verse comprometida por enfermedades crónicas, fragilidad extrema o trastornos neurológicos avanzados, lo que convierte el cuidado en un desafío integral que abarca el cuerpo y la mente.

El confort como prioridad

El confort es un concepto amplio que incluye aspectos físicos, psicológicos y emocionales. En esta etapa, mantener una rutina rígida o insistir en actividades que la persona ya no puede soportar puede ser contraproducente y generar sufrimiento innecesario.

Por ejemplo, es común observar que algunas familias tienen dificultades para aceptar las limitaciones de sus seres queridos y muestran una obstinación bien intencionada en mantener hábitos o actividades que solían disfrutar. Sin embargo, insistir en que una persona mayor asista a espacios de integración prolongados, se levante de la cama con más frecuencia de la indicada o participe en dinámicas que exceden sus capacidades actuales puede resultar más perjudicial que beneficioso.

Respetar las necesidades del adulto mayor

Es crucial priorizar lo que es más adecuado para la persona mayor por encima de lo que pueda ser más agradable o reconfortante para la familia. En este contexto, las decisiones deben basarse en criterios médicos y en el conocimiento de las necesidades específicas de cada caso. Algunas acciones prácticas incluyen:

  • Evaluar la comodidad física: asegurarse de que la persona esté libre de dolor, bien hidratada y en una posición que evite complicaciones como úlceras por presión.
  • Adaptar las rutinas: las actividades diarias deben ajustarse a la energía y capacidades actuales del adulto mayor. Esto puede implicar reducir la duración de actividades, modificar horarios o incluso eliminarlas si resultan agotadoras.
  • Ofrecer estimulación sensorial suave: elementos como música relajante, masajes suaves o aromas agradables pueden ser más beneficiosos que actividades físicas o sociales exigentes.
  • Fomentar la comunicación: escuchar y observar las señales que la persona mayor da sobre su nivel de confort o incomodidad es esencial.

Educar y acompañar a las familias

El acompañamiento a las familias es una parte integral del cuidado en estas circunstancias. Muchas veces, la resistencia de los familiares a cambiar las rutinas responde a la dificultad emocional de aceptar la progresión del estado de dependencia de su ser querido.

Es importante explicarles con claridad y empatía que estas decisiones no implican abandono o falta de interés, sino una forma de garantizar el máximo bienestar posible para la persona mayor. Proponer alternativas simbólicas, como compartir momentos tranquilos juntos o realizar visitas breves pero significativas, puede ayudar a mitigar la sensación de pérdida y reforzar el sentido de conexión familiar.

Conclusión

El cuidado de adultos mayores en estado de dependencia avanzada exige un equilibrio entre el amor, la razón y el conocimiento técnico. Brindar confort debe ser siempre el objetivo principal, y esto implica tomar decisiones que respeten la dignidad y las capacidades de la persona mayor, incluso cuando resulten emocionalmente desafiantes para sus familias.

El verdadero acto de amor está en ofrecer lo que necesitan, no lo que pensamos que deberían querer. Al hacerlo, estamos garantizando una calidad de vida que respeta su historia y su humanidad en todas las etapas de su vida.

 

Equipo del Centre Residencial Font dels Capellans